El diálogo al interior de las compañías es la principal medida que los más de 100 empresarios y ejecutivos de la zona que respondieron la encuesta, consideran prioritaria para sentar nuevas bases y líneas de trabajo colaborativo.
Una disminución de 12 puntos (de 54 a 42) registró el último Índice de Percepción Empresarial Regional, IPER Biobío, evidenciando una sensación de pesimismo del empresariado local respecto a la situación económica que vive el país, tras los movimientos sociales surgidos en octubre de 2019.
Los más de 100 empresarios y líderes de opinión de la Región del Biobío que respondieron la encuesta aplicada en diciembre de 2019, representan en un 70% a las grandes empresas de la zona, mientras que el 30% restante se divide en partes iguales entre pequeñas y medianas.
“El último IPER es un indicador marcado por la convulsión político – social del último trimestre que ha afectado el desarrollo productivo, al generar incertidumbre y desconfianza de los inversores. Sin embargo, los resultados muestran también que la disposición del mundo empresarial reconoce en el diálogo un espacio que necesita de mayor desarrollo con los trabajadores”, explicó el vicerrector de la Universidad Andrés Bello en Concepción, Octavio Enríquez.
En esta línea, el gerente general de CPC Biobío, Ronald Ruf, agregó que “pese a las diferencias de tamaño y sector productivo, establecer canales eficientes, transparentes y más directos para potenciar las conversaciones al interior de las compañías, habla de una profunda reflexión en los equipos directivos”.
Incertidumbre
Tras este escenario, el 68% de los encuestados manifestó preocupación por el impacto que tendría la aplicación de nuevas leyes y reformas, principalmente en materia de inversiones. “Esto se refleja en indicadores como la caída en casi 27 puntos porcentuales entre aquellos que piensan aumentar sus inversiones (39,6% dic 2018 vs 13% dic 2019)”, comentó Francisco Avendaño, socio líder de la consultora EY.
De acuerdo a los resultados de este último IPER, el 55% de los encuestados considera que las inversiones en la Región del Biobío disminuirán y el 87% que el desempleo en la zona aumentará. “Estas cifras experimentaron un cambio drástico respecto al mismo periodo del año anterior, oportunidad en la que sólo 10% de quienes respondieron, estimaron que la inversión disminuiría. Lo mismo ocurre con el desempleo, que aumentó de 14 a 87% en 12 meses”, argumentó Ruf.
Respecto al PIB nacional, el 56% de los encuestados cree que se ubicará el 1 y 1,9%, y las variables para impulsar el crecimiento regional continúan siendo lideradas por Incentivos a las Inversiones (65%), Fomento a la Productividad (45%) y Mejoras en la Infraestructura y Conectividad (40%). “Estos tres aspectos ya venían apareciendo como prioritarios en las versiones anteriores del IPER y hoy cobran mayor relevancia, pues necesitamos que la economía local se recupere”, dijo el representante gremial.
Impactos
Otro aspecto relevante es el comportamiento que los mercados tendrían una vez que comiencen a regir las nuevas normativas legales y entren en vigencia las reformas que hoy están en discusión. A juicio del socio de EY, esta falta de certeza jurídica podría incluso frenar inversiones ya proyectadas.
Avendaño sugirió entonces que “las empresas preparen una gestión de riesgos más integral y con una mirada estratégica que incluya de aspectos que vayan más allá de los financieros, como la relación con su comunidad, el medio ambiente, un diálogo más fluido con sus stakeholders, incluir nuevos indicadores laborales (diversidad, inclusión, integración, calidad de vida, etc.)”.
Dentro de los resultados positivos del estudio, se pueden destacar el valor dólar que beneficia directamente a los exportadores de esta región.