En entrevista con Diario Financiero, Álvaro Ananías describe un panorama desolador en la región, con una industria forestal buscando opciones fuera de Chile, el sector turismo en el piso y atentados que dejan a la provincia de Arauco sin internet.
En su Cuenta Pública, el Presidente Gabriel Boric señaló que “la violencia en el sur había mostrado una disminución sustantiva en el último año gracias a las inversiones y diálogos promovidos por el plan Buen Vivir”, aunque admitió que “en los últimos tres meses hemos vivido un recrudecimiento de la violencia y actos terroristas”.
Pocos días después, el derribo de una torre de alta tensión en la provincia de Arauco y un atentado explosivo en el puente ferroviario del río Itata volvieron a encender las alarmas en la macrozona sur.
El presidente de la Cámara de la Producción y del Comercio (CPC Biobío), Álvaro Ananías, dice que a pesar de que los delitos habían disminuido en un porcentaje, en realidad la violencia no ha amainado. Si bien es enfático en que “no hay que desconocer los avances”, también lo es en que “la sensación de inseguridad no ha cambiado en la zona”.
En la Región del Biobío, particularmente, alerta de que ya la zona afectada ya no es solo la provincia de Arauco y hace alusión al atentado en el río Itata. “Estamos hablando a 90 km. de la ciudad de Concepción y a 50 km. de Chillán. (…) Yo no puedo desconectar esta situación de lo que pasó con los incendios a principios de año, porque eso también fue violencia y fueron actos terroristas. Se quemaron más de 430 mil hectáreas de bosques y puedo asegurar que el grueso pertenece a pequeños propietarios. Y uno se olvida de un dato que es más duro todavía. Murieron 26 personas”.
-¿Qué solicitan ustedes como gremio?
-Primero, quiero dar un contexto importante. En la Región del Biobío, el 50% de la manufactura es derivado de lo forestal. 70% de lo que se exporta en Biobío es forestal. Cuando hay incendios del tamaño que estamos viendo, la pregunta que te haces es si se va a replantar. Mientras no haya seguridad contra la violencia y el terrorismo, no va a haber reinversión. Nadie va a poner plata de nuevo en una hectárea que no sea segura, donde el estado de derecho no se cumpla.
-¿Esa situación cambió en algo con la disminución de los delitos?
-No, porque esto no obedece a una situación de meses. Uno tiene que ver cierto nivel de estabilidad y proyección para tomar una decisión. Para plantar un bosque son 15 años, si no tienes esa certeza, no te atreves. Muchas inversiones forestales se están yendo a otros países como Brasil y Uruguay.
-Entonces, ¿cuál es la propuesta que hacen?
-Hay un par de líneas de acción que tienen que profundizarse. Lo primero tiene que ver con la inteligencia para atacar este tipo de situaciones (…) La provincia de Arauco está en peligro y nosotros como región necesitamos un desarrollo integral. Hoy día estás teniendo gente que está quedando al margen, abandonada, y el Estado tiene que hacerse presente. Aceleremos este proceso, porque venimos hablando de una Ley Antiterrorista desde el año pasado. Estas cosas se van corriendo y al final son vidas las que van costando.
El golpe al desarrollo
Ananías cuenta la historia de un sostenedor de un colegio de Arauco que, para arreglar una fotocopiadora, tuvo que llevarla a Concepción, porque los técnicos no viajaban a la zona. “En términos generales, extrapola eso y te das cuenta del problema”, ejemplifica.
-Además de la industria forestal, ¿qué otras están afectadas?
-Están las relacionadas a la agricultura y, también, una industria que estaba desarrollándose en la provincia de Arauco es el turismo. Es una provincia bastante bonita, tenemos lagos, bosques y montañas. Eso se destruyó. Casi todas las inversiones turísticas, cabañas, hoteles, desarrollo en playas…todo está cerrado. Hoy día puedes ir para allá y te vas a encontrar hoteles cerrados con el letrero “Se Vende”.
-¿Las empresas operan en un estado de dependencia de la violencia?
-Las compañías que proveen servicios de internet tienen rutas alternativas para llegar a distintas partes del país. Hay momentos en que, por atentados, queda sin internet la provincia. ¿Sabes lo que significa para alguien que tiene su negocio y usa la maquinita Transbank con internet para vender? Se acabó el negocio.
-¿Sintieron que la crisis de la violencia en el sur había sido dejada de lado?
-La crisis de seguridad acá no empezó hace un año atrás, ha sido un problema de difícil manejo en los últimos gobiernos. Lo que sí uno puede ver claramente es que el gobierno que asumió, cuando entró no le tomó el peso al nivel del problema. Porque es cierto que hay temas que puedes discutir con los pueblos indígenas, que tiene que ver con reivindicaciones que hay que conversar, pero la gente que genera la violencia no son ellos. Yo creo que el Gobierno ha aprendido en este periodo que el problema de la violencia es distinto. Uno de los más afectados son los pueblos indígenas que viven en esta zona.
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